Domingo de Buen Pastor, 2024.

“Yo, soy el buen pastor, que conozco a mis ovejas y las mías, me conocen”.

Conocer en la Biblia, significa amar.

En una ocasión, un padre de familia con varios hijos, me explicaba, los malabarismos que su mujer y el, hacían, cada día, para llevar a los niños al cole y llegar a tiempo a los trabajos.

Madrugaban, vestían a los más pequeños, se dividían, en el reparto a los coles, iban a trabajar y por la tarde, vuelta a empezar, uno con jornada reducida y otro, completa. Y me explicaba, que a veces, se sentían muy cansados, pero que no lo cambiarían por nada. Que eran muy felices. Me recuerda a lo que nos pasa a los sacerdotes, con tantos reclamos pastorales, pero también muy felices.

Es que, dar la vida por las ovejas, es con mucho lo mejor. Y guardarse la vida, por miedo a perderla, es con mucho lo peor.

Te invito, este Domingo, a ver delante De Dios, ¿quienes son, las ovejas a las que debes cuidar?…. Un padre o madre, mayores, un hijo/a, una persona enferma. Y, pregúntate también, ¿por quien te debes dejar cuidar?: los sacerdotes, somos cuidadores de los demás y como diría S. Ignacio, criadores De Dios, porque le traemos a este mundo en la Eucaristia.

Caminemos juntos, como pueblo De Dios. El Cardenal Cobo, en su reciente carta pastoral, “La Pascua de los discípulos”…. Explica el papel de los laicos en la Iglesia, como personas que necesitan ser cuidadas y cuidadores, como evangelizadores y protagonistas de la transmisión de la fe en las familias y en la sociedad. 

Fin. 

Cristo, utiliza las imágenes del pastor y del rebaño, para referirse a cada uno de nosotros, en la Iglesia.

No denigra mi dignidad, que me llamen oveja o que la Iglesia, sea como un rebaño. No vulnera mi dignidad personal. Porque esta expresión, no deja de ser una imagen, de quien realmente somos.

Hijos e hijas De Dios, que necesitan ser guiados, acompañados y sostenidos. 

-Guiados: para descubrir el querer De Dios, en nuestra vida. Saber quiénes somos y lo que queremos es fundamental. La oración, nos ilumina y nos muestra el camino.

-Acompañados: no estamos solos, porque hay otro que nos guía y acompaña. En cualquier situación de la vida, nos sabemos acompañados por Dios, a través de muchas personas.

-Sostenidos: en los momentos de mayor fragilidad, es importante, tener personas, que nos cuiden y sostengan. Por eso, el buen pastor, no ha de ser solo el sacerdote, también vosotros, os convertir en Pastores de los demás. “Nosotros, los fuertes, hemos de llevar el peso y soportar los achaques, de los débiles”.

Por eso, la Iglesia responde muy bien, a esta imagen del rebaño, no porque seamos masa, que no lo somos, sino, porque nos cuidamos los unos a los otros.

Es precisamente, en mi Iglesia, donde me siento elegido/a y singular. Porque no estoy sometido como en la sociedad, a los mass media; medios de comunicación de masas, que impiden pensar y que, hoy en día, crean un mundo virtual, del que es muy difícil salir. Por eso, si quieres que tus hijos, sean plenamente libres, enséñales a rezar, donde podrán encontrarse a sí mismos y encontrar a Dios, para poder luego, encontrar a los demás.

Hoy en día, la tarea del Pastor, consiste, en enseñar a vivir como personas y después, a aprender a ser hijos De Dios.