Domingo VI

Dante, autor de la Divina comedia, decía que: “apreciamos la virtud, la verdad y la belleza, porque son sumamente frágiles y pueden ser aplastadas por personas malas”.

Creo que todos, apreciamos la belleza de la naturaleza, de una madre embarazada, de un niño recién nacido, con su inmensa fragilidad y no nos cuesta entender, que, como diría Dante, estos dones De Dios, la vida, es el primero, pueden ser aplastados por personas malas. Sin negar la negligencia, de los que en trece años de tramitación de un recurso, podían haberlo evitado. 

La reciente sentencia del TC, ademas de un despropósito jurídico, es un atentado contra el ser humano: niño o madre y contra la propia naturaleza del Tc: velar por el respeto de los derechos fundamentales de la persona. Como te digo, la vida, es el primero. 

Recientemente, ha sido publicado un libro, “En busca de consuelo”, de Michael Ignatieff, filósofo contemporáneo actual, que llegó a meterse en política, en el partido liberal de Canadá, con un estrepitoso fracaso, que dio lugar a otro libro: “Fuego y cenizas”, en el que habla con mucha humildad, de sus errores y fracasos y del bien que, con el tiempo le han reportado. En el libro, “En busca de consuelo”, alude a la importancia de conectar, con las tradiciones occidentales, como pueda ser la lectura de filósofos o de los salmos. El, no es creyente, pero tiene un gran respeto a lo sagrado. De hecho, cuenta como, el 11 de septiembre de 2001, con los atentados de las Torres gemelas, estaba en Harvard y se retiró a solas con su mujer a una de sus capillas, buscando como dice, La Paz.

El, destaca como causa de la desesperacion o de la tristeza, en el hombre actual, el sentirse solo, porque uno, no se sabe comprendido. Dice que, sufrimos cuando nos sentimos solos. Por eso, la lectura de filósofos, le da tanto consuelo, porque también ellos pasaron por lo mismo; incertidumbres, soledades, desprecias, dudas.

Pues bien, en la vida Cristiana, tal y como describe este Evangelio, la fuente de mayor consuelo, es Dios, en su Espíritu Santo. “El que guarda mi Palabra, me amara y vendremos a él y haremos morada en El”. Somos morada De Dios, El habita en nuestra alma; ¿Por que entonces, nuestras desesperaciones y tantas veces tristezas?. Hay muchas causas, pero en muchos casos, nos sentimos afligidos, porque no sabemos reconocer a Dios en nuestra vida o en la vida de los demás. Y eso, nos hace sentirnos solos.

Si somos morada De Dios y el Espíritu Santo, nos lo enseñará todo, significa, que, ante las vicisitudes de la vida, nunca estamos solos. Lo que sí ocurre, es que, por nuestras cosas, trabajos, distracciones, a El, si le dejamos solo. No se trata de dejar de trabajar o de divertirme, o de estar con los amigos, sino de vivir esos momentos contando con Dios. Entonces si, experimentaremos ese Amor y ese consuelo que solo Dios nos puede dar.

Ya ves que la Palabra De Dios, ilumina, nuestra realidad actual, para que encontremos caminos de luz y de vida, no de oscuridad y muerte.

Anuncio publicitario